¿Alguna vez te has preguntado por qué algunos niños hacen amigos con tanta facilidad y son tan apreciados por sus compañeros, mientras que a otros les resulta tan complicado?

La respuesta se encuentra en las habilidades sociales.

Los niños con habilidades sociales no tienen problemas para hacer amigos y su relación con los adultos es buena

Además son emocionalmente estables y saben defender sus derechos sin pisar los derechos de los demás
¿Sabías que esto es clave para su desarrollo emocional y éxito futuro?
En este artículo, descubrirás que las habilidades sociales son como superpoderes secretos que los niños pueden aprender
Te mostraré estrategias prácticas y consejos efectivos para que sepas como ayudar al niño a construir relaciones sólidas, comunicarse eficazmente y enfrentar los desafíos de manera respetuosa.
¡Prepárate para pasarlo bien con tu hijo o hija mientras le enseñas a adquirir estas competencias!

Contenidos

Qué se entiende por habilidades sociales

imagen de dos adolescentes hablando amigablemente porque tienen habilidades sociales

Las habilidades sociales son mucho más que simplemente expresar emociones, deseos y opiniones.

Se trata de hacerlo respetando los sentimientos y opiniones de los demás, sin que nuestras palabras molesten o hieran

Además, implica comprender las emociones propias y las de los demás, y aunque no lo compartamos, entender la forma de actuar de otras personas

Características de las personas con habilidades sociales.

Saben escuchar de verdad:

Me refiero a que escuchan de verdad lo que la otra persona les está contando. No se limitan a oír las palabras, sino que perciben los sentimientos y emociones detrás de ellas.

Hacen amigos fácilmente:

Una persona que sabe escuchar y que procura no herir a los que le escuchan, cuando expresa sus deseos, atrae a los demás.

Tienen capacidad de negociación:

Saben defender sus derechos sin ofender, lo que les ayuda a lograr sus objetivos, por ejemplo:

Un aumento de sueldo o un puesto de trabajo mejor.

Cuando se trata de adolescentes:

Sabrán cómo proponer planes alternativos cuando el grupo les presione para hacer algo que no quieren hacer.

Se atreven a decir «no» cuando es necesario:

Esto no es tan fácil. Muchas personas no lo hacen por miedo a que los demás dejen de ser sus amigos.

Esta habilidad es importante en cualquier edad, protegiendo a los adolescentes, por ejemplo, de caer en el consumo de drogas y alcohol.

Saben pedir favores:

Y no temen hacerlo. Una persona sin habilidades sociales puede no atreverse a hacerlo por vergüenza o inseguridad.

Son capaces de iniciar, mantener y terminar conversaciones:

Reconocen sus emociones y sentimientos:

Esto les ayuda a relacionarse mejor con los demás, evitando pagar su enfado con quienes los rodean.

¿Te has dado cuenta de que a menudo cuando estamos enfadados tenemos la tendencia de pagarlo con los que se encuentran a nuestro lado?

Cuando reconocemos el enfado que sentimos, podemos evitar hacer esto.

Saben enfrentar los conflictos y desafíos de la vida:

Por muy difíciles que sean las situaciones que tengan que vivir, al confiar en sí mismos, estarán seguros de salir adelante.

Esa convicción será la clave para conseguirlo.

Como puedes ver, tener habilidades sociales nos ayuda a ser más felices.

Beneficios de las habilidades sociales para los niños.

niño con buenas habilidades sociales

 

Teniendo en cuenta todo lo anterior,  podemos decir que un niño con habilidades sociales:

  • Hace amigos con facilidad.
  • No suele meterse en problemas.
  • Tiene confianza en sí mismo y se muestra alegre.
  • Le gusta trabajar en equipo.

Por otro lado, cuando a un niño le faltan habilidades sociales, es posible que sea excesivamente tímido, impulsivo y tenga dificultades para controlar sus emociones, lo que afecta sus relaciones con los demás.

Las Habilidades Sociales en el niño con TDAH.

niña muy enfadada. No controla emociones por falta de habilidades sociales

Los niños con TDAH a menudo tienen dificultades para desarrollar habilidades sociales por varias razones:

Los Problemas de atención:

Pueden tener dificultades para prestar atención y concentrarse en las interacciones sociales.

Esto puede hacer que pierdan detalles importantes de las conversaciones y tengan dificultades para seguir el hilo de la comunicación.

La Impulsividad:

Esta es una característica frecuente en el TDAH. Los niños pueden decir lo primero que se les pasa por la cabeza sin reflexionar si es conveniente o no, por lo que, a menudo, sus palabras molestan a los demás.

Además su impulsividad les hace interrumpir las conversaciones de los demás pues les resulta difícil esperar su turno.

Estas conductas perjudican la buena relación con sus compañeros.

La Hiperactividad:

Pueden tener dificultades para controlar su exceso de hiperactividad motriz.

La inquietud excesiva y la dificultad para quedarse quietos pueden hacer que otros niños se sientan incómodos o rechacen interactuar con ellos.

Problemas de regulación emocional:

Además pueden tener:

  • Cambios de humor bruscos.
  • Dificultad para manejar la frustración.

Estas dificultades emocionales pueden hacer que sus amigos les dejen de lado y eviten jugar con ellos.

Cómo trabajar las habilidades sociales en el niño.

niño con pocas habilidades sociales

Si crees que a tu hijo o hija le faltan habilidades sociales, no te preocupes.

Estas habilidades pueden desarrollarse, ¡y tú puedes ayudarles a lograrlo!

El primer paso para conseguirlo es que seas capaz de reconocer tus propias emociones y controlarlas.
Quizás te sorprenda que te diga esto, pero ten en cuenta que los hijos no aprenden por lo que se les dice, si no viendo cómo sus padres enfrentan las situaciones.
Los padres somos el espejo en el que nuestros hijos se miran.
  • Te ayudará a conocerte mejor.
  • Mejorará tus propias habilidades sociales.
  • Verás como tu hijo también mejora poco a poco y es más feliz.

Vuestro vínculo se fortalecerá.

Averigua si el niño las tiene

adolescentes con buenas habilidades sociales

El niño puede carecer de habilidades sociales por diferentes motivos, uno de ellos es la falta de inteligencia emocional.

Verás lo relacionado que está con las habilidades sociales.

Una persona con inteligencia emocional reconoce sus emociones y es capaz de controlarlas.

También reconoce las emociones de los demás, por eso es capaz de decir lo que piensa sin herir.

Para saber si el niño tiene este problema, contesta a las siguientes preguntas:

  • ¿Es impulsivo?…
  • ¿Le cuesta controlar sus emociones?…
  • ¿Se enfada fácilmente por cualquier cosa?…
  • ¿Cuando se enfada puede decir barbaridades aunque más tarde pida perdón?…

Si has contestado con un a la mayoría de las preguntas, posiblemente al niño le falta inteligencia emocional.

Descubre si las posees tú.

amigos charlando

Reflexiona en las preguntas que te hago a continuación e intenta responder con la mayor objetividad posible:

  1. Escucha activa: La capacidad de escuchar de manera activa y efectiva es fundamental en las interacciones sociales.

¿Eres capaz de prestar atención de verdad a los demás cuando están hablando contigo, sin interrumpirles y mostrando interés en lo que están diciendo?

¿Sabes cómo hacer preguntas sobre lo que han compartido contigo y reflexionar sobre ello?

  1. Empatía: La empatía es la capacidad de comprender y compartir las emociones de los demás.

¿Puedes ponerte en el lugar de otra persona y comprender sus sentimientos y perspectivas?

¿Muestras compasión y apoyo hacia los demás cuando están pasando por situaciones difíciles?

  1. Comunicación asertiva: La comunicación asertiva implica expresar tus pensamientos, sentimientos y opiniones de manera clara y respetuosa, sin agredir ni someterte a los demás.

¿Puedes expresar tus necesidades y deseos de manera clara y directa?

¿Eres capaz de establecer límites y defender tus derechos sin ser agresivo ni pasivo?

  1. Resolución de conflictos: La habilidad para resolver conflictos de manera constructiva es esencial en las relaciones sociales.

¿Eres capaz de manejar los desacuerdos y conflictos de manera pacífica y respetuosa?

¿Puedes encontrar soluciones mutuamente beneficiosas y llegar a compromisos?

Si al contestar a estas preguntas te has dado cuenta de que tus habilidades sociales no son buenas, te propongo practicar las actividades que te indico a continuación:

Como mejorar tus habilidades Sociales

Si te has dado cuenta de que te cuesta escuchar de verdad a los demás cuando te hablan, te propongo lo siguiente:

mujer escuchando a un hombre que está hablando con ella

Practica la escucha activa en tus conversaciones diarias:

Concéntrate en comprender realmente lo que la otra persona está comunicando y muestra verdadero interés en sus palabras.

Evita distraerte e interrumpirle hasta que no haya terminado de hablar y demuestra empatía a través de respuestas reflexivas.

Desarrolla la Empatía en tus interacciones.

Cuando alguien te esté contando algo, ponte en su lugar y trata de comprender las emociones que siente. Muestra compasión cuando te está hablando de una experiencia que le hace sufrir.

Aprovecha esta oportunidad para reflexionar sobre tus propias emociones e intenta ayudar a los demás cuando sea posible.

Aprende a ser asertivo.

Lo conseguirás expresando tus pensamientos y sentimientos de manera clara y respetuosa.

No eches la culpa de tus errores a los demás y si tienes que reprocharle algo a alguien, sé consciente de tus límites al expresarte.

No olvides practicar la escucha activa para fomentar una comunicación efectiva.

Resuelve los conflictos de manera constructiva.

Esta habilidad es esencial en las relaciones sociales. Reflexiona en las siguientes preguntas:

  • ¿Eres capaz de manejar los desacuerdos y conflictos de manera pacífica y respetuosa?
  • ¿Puedes encontrar soluciones mutuamente beneficiosas y llegar a compromisos?

Puedes aprender intentando enfrentar los desacuerdos con calma cuando alguien se oponga a lo que dices o a tus ideas.

Escucha las razones de la otra persona intentando controlar tus emociones

Hazlo evitando ser agresivo o pasivo y si ves que te resulta difícil controlar la ira que esto te produce.

Tómate un tiempo y respira, no temas alejarte hasta que te calmes.

Puedes decir que necesitas un rato para pensar en esto, de este modo la ira te habrá bajado y en ese momento terminar la conversación.

Te resultará más fácil llegar a acuerdos si lo haces así.

Objetivo del programa

Las actividades que te voy a proponer tienen como objetivo trabajar la inteligencia emocional del niño, es decir, aprender a identificar lo que siente al relacionarse con los demás y responder de un modo adecuado.

Lo haremos jugando siempre que podamos, imprimiendo emoción a cada actividad y alegría.

El investigador en neurociencia Francisco Moranos dice que la emoción es esencial para aprender:

«Sólo se puede aprender aquello que se ama…aquello que le dice algo a la persona».

Cómo mejorar las habilidades sociales del niño.

Te voy a proponer actividades para niños entre 4 y 9 años y para adolescentes.

Las trabajaremos a través del juego que podrás hacer en familia.

Enséñale a identificar las emociones:

 

Para desarrollar la inteligencia emocional es necesario aprender a identificar lo que sentimos.

Puedes trabajarlo con el niño de la siguiente forma:

Para niños de 4 a 6 años:

El primer paso es que el niño conozca las emociones básicas:

  • Miedo
  • Rabia
  • Tristeza
  • Alegría

Para que se familiarice con ellas puedes utilizar varias estrategias:

  1. Para identificar emociones:
  • Para niños de 5 a 7 años:

Crea tarjetas con diferentes expresiones faciales que representen emociones básicas como: alegría, tristeza, enojo y miedo.

Muestra una tarjeta y pide al niño que identifique la emoción.

Luego, pídele que cuente una experiencia en la que haya sentido esa emoción.

  • Para niños de 8 a 10 años:

Juega al «Espejo de emociones».

Siéntate frente a tu hijo y haz expresiones faciales que representen diferentes emociones.

Pídele que te imite y adivine qué emoción estás mostrando. Después, invítalo a contar una experiencia en la que haya experimentado esa emoción.

  • Para adolescentes de 11 a 15 años:

Introduce el concepto de «registro emocional».

Pide a tu hijo que mantenga un diario de emociones, donde anote las situaciones en las que experimenta diferentes emociones y cómo se siente en cada caso.

Luego, invítalo a reflexionar sobre las posibles causas y consecuencias de esas emociones.

  1. Actividades para desarrollar la empatía:
  • Organiza juegos de roles: Proporciona a tu hijo diferentes escenarios sociales, como una disputa entre amigos o una situación incómoda en la escuela. Pídele que asuma diferentes roles y practique cómo responder desde la empatía, teniendo en cuenta los sentimientos y perspectivas de los demás.
  • Fomenta la lectura: Elijan juntos libros que aborden temas emocionales y sociales, como la amistad, la resolución de conflictos y la diversidad. Después de leer, hablen sobre cómo se sintieron los personajes y qué aprendieron de esas experiencias.
  1. Estrategias para mejorar la comunicación:
  • Juego de la conversación: Crea tarjetas con diferentes temas de conversación y colócalas en una bolsa. Toma turnos con tu hijo para elegir una tarjeta y hablar sobre el tema durante unos minutos. Fomenta escuchar activamente, hacer preguntas y mostrar interés genuino en las respuestas del otro.
  • Práctica de expresión asertiva: Pídele a tu hijo que escriba situaciones en las que se sienta incómodo o tenga dificultades para comunicarse. Luego, juntos, elaboren respuestas asertivas para esas situaciones, enfatizando la importancia de expresar sus sentimientos y deseos de manera clara pero respetuosa.
  1. Fomentar el trabajo en equipo:
  • Proyectos colaborativos: Propón proyectos en los que tu hijo tenga que trabajar en equipo con otros niños, ya sea en la escuela o en actividades extracurriculares. Esto les ayudará a aprender a colaborar, escuchar diferentes perspectivas y encontrar soluciones conjuntas.
  • Juegos de mesa en equipo: Jueguen juegos de mesa que requieran cooperación, como juegos de construcción o juegos de estrategia en los que necesiten trabajar juntos para alcanzar un objetivo común. Esto fomentará la comunicación,

Características de las personas con habilidades sociales.

mujer sonriendo por tener buenas habilidades sociales

Saben escuchar:

Me refiero a que escuchan de verdad lo que la otra persona les está contando, de manera que perciben sus sentimientos, las emociones que esa experiencia les ha producido sin quedarse simplemente en sus palabras.

Hacen amigos fácilmente:

Una persona que sabe escuchar y que procura no herir a los demás, cuando expresa sus deseos atrae a los demás.

Tienen capacidad de negociación:

Saber defender los derechos personales sin ofender es una gran ventaja para conseguir cualquier propósito, por ejemplo, un aumento de sueldo o un puesto de trabajo mejor.

Cuando se trata de adolescentes:

Sabrán cómo proponer planes alternativos cuando el grupo les presione para hacer algo que no quieran hacer.

Se atreven a decir «no» cuando es necesario: 

Esto no es tan fácil. Muchas personas no lo hacen por miedo a que los demás dejen de ser sus amigos.

Esta habilidad es muy importante a cualquier edad. En la adolescencia protege al niño de caer en el consumo de drogas y alcohol.

Saben pedir favores:

Y no temen hacerlo. Una persona sin habilidades sociales puede no atreverse a hacerlo por vergüenza o inseguridad.

Son capaces de iniciar conversaciones, mantenerlas y terminarlas.

Reconocen sus emociones y sentimientos:

Esto les ayuda a relacionarse bien con la gente.

¿Te has dado cuenta de que a menudo cuando estamos enfadados tenemos la tendencia de pagarlo con los que se encuentran a nuestro lado sin darnos cuenta?.

Cuando  reconocemos el enfado que sentimos podemos evitar hacer esto.

Saben enfrentar los conflictos, los desafíos de la vida:

Por muy difíciles que sean las situaciones que tengan que vivir, al confiar en sí mismos estarán seguros de salir adelante.

Esa convicción será la clave para conseguirlo.

Como puedes ver tener habilidades sociales nos ayuda a ser más felices.

Características del niño que tiene habilidades sociales.

 

niño feliz haciendo un gesto porque todo está bien

Un niño con habilidades sociales:

  • Hace amigos con facilidad.
  • No suele meterse en problemas.
  • Tiene confianza en sí mismo y se muestra alegre.
  • Le gusta trabajar en equipo.

Cuando le faltan las habilidades sociales:

  • Puede ser excesivamente tímido pues no confía en si mismo ni en sus posibilidades.
  • Suele ser impulsivo, con dificultad para controlar sus emociones, por lo que tiene problemas con los amigos.

 

  • Su nivel de frustración es muy bajo, por lo que cualquier cosa le puede enfadar y  meterse en peleas fácilmente.
  • Le resulta difícil hacer amigos o mantenerlos.

 Cómo ayudar al niño que no tiene habilidades sociales.

niños riéndose de otro

Si crees que a tu hijo o hija le faltan habilidades sociales, debes saber que pueden desarrollarse y puedes ayudarle a conseguirlo.

Para conseguirlo es importante que seas capaz de reconocer tus emociones y controlarlas.

Pero no te preocupes si crees que eso es un reto para ti. Juntos veremos lo que puedes hacer para conseguirlo

¿Te apuntas a este reto?. Será divertido. Además, como te he dicho:

  • Te ayudará a conocerte mejor.
  • Mejorarás tus propias habilidades sociales.
  • Verás cómo tu hijo mejora poco a poco y es más feliz.
  • Vuestro vínculo se fortalecerá.

Programa para desarrollar las habilidades sociales del niño

1º: Averigua si el niño las tiene

El niño puede carecer de habilidades sociales por diferentes motivos, uno de ellos es la falta de inteligencia emocional.

Verás lo relacionado que está con las habilidades sociales.

Una persona con inteligencia emocional reconoce sus emociones y es capaz de controlarlas.

También reconoce las emociones de los demás, por eso es capaz de decir lo que piensa sin herir.

Para saber si el niño tiene este problema, contesta a las siguientes preguntas:

  • ¿Es impulsivo?…
  • ¿Le cuesta controlar sus emociones?…
  • ¿Se enfada fácilmente por cualquier cosa?…
  • ¿Cuando se enfada puede decir barbaridades aunque más tarde te pida perdón?…

Si has contestado con un a la mayoría de las preguntas, posiblemente al niño le falta inteligencia emocional.

2º: Descubre si las posees tú.

Contesta a las preguntas anteriores pensando en ti. Te ayudará a conocerte mejor.

No puedes enseñar al niño a controlar sus emociones si tú no controlas las tuyas. Recuerda que los niños aprenden por imitación.

Si al hacerlo te has dado cuenta de que también debes mejorar en este aspecto, te animo a poner en práctica este programa.

Hacerlo con el niño te ayudará.

Objetivo del programa

Las actividades que te voy a proponer tienen como objetivo trabajar la inteligencia emocional del niño, es decir, aprender a identificar lo que siente al relacionarse con los demás y responder de un modo adecuado.

Lo haremos jugando siempre que podamos, imprimiendo emoción a cada actividad y alegría.

El investigador en neurociencia Francisco Mora nos dice que la emoción es esencial para aprender:

«Sólo se puede aprender aquello que se ama…aquello que le dice algo a la persona».

Cómo hacerlo

Te voy a proponer actividades para niños entre 4 y 9 años y para adolescentes.

Estrategias para que los niños aprendan  a identificar las emociones:

Para desarrollar la inteligencia emocional es necesario aprender a identificar lo que sentimos.

Puedes trabajarlo con el niño de la siguiente forma:

Para niños de 4 a 6 años:

Puedes empezar viendo con él el siguiente vídeo. Servirá como una primera aproximación a las emociones básicas:

  • Miedo
  • Rabia
  • Tristeza
  • Alegría

 

Para niños de 7 a 12 años.

Puedes utilizar este otroLo he encontrado en el canal de Fran Azbau

 

Juego: «El círculo de las emociones»

Objetivo:

Fomentar la empatía, la comunicación y el reconocimiento de las emociones de los miembros de la familia.

Pasos:

  1. Reúne a todos los miembros de la familia en un círculo y explícales el juego.
  2. Cada persona tomará turnos para compartir una situación o experiencia que haya generado una emoción en ellos. Puede ser algo reciente o algo del pasado.
  3. El jugador deberá describir la situación brevemente y expresar la emoción que sintió en ese momento.
  4. A continuación, los demás miembros de la familia deberán adivinar la emoción que el jugador está expresando. Pueden hacer preguntas para obtener más pistas si es necesario.
  5. Una vez que la emoción ha sido adivinada, todos pueden compartir sus propias experiencias relacionadas con esa emoción y cómo la han manejado.
  6. Continúa el juego, rotando los turnos para que cada miembro de la familia tenga la oportunidad de compartir.

Con niños de 7 a 12 años:

Puedes hacer lo siguiente:

Cuando terminéis de ver el vídeo pregúntale por las diferentes emociones.

Si le haces preguntas intenta que sean preguntas abiertas, es decir, que no se respondan con un simple «sí» o » » no», de esta manera razonará la respuesta.

Si te gusta cocinar invítale a hacer galletas contigo:

desarrollando habilidades sociales en la cocina

¡Puede resultar muy divertido!.

Se trata de galletas muy especiales pues en cada una de ellas dibujaremos caras que expresen las distintas emociones.

Cada vez que hagáis una debéis decir el nombre de la emoción.

Esto te dará mucho juego. Por ejemplo, puedes preparar una merienda con la familia o con sus amigos. Puedes llamarle «La merienda de las Emociones». 

El juego puedes hacerlo de la siguiente forma:

  • Cada uno cogerá una galleta.
  • Identificará la emoción que representa y dirá cómo se llama.
  • Pondrá una cara que la imite.
  • Explicará, a su manera, qué se siente cuando nos embarga esa emoción.

El siguiente vídeo es un poco largo pero te resultará muy útil para que aprenda a identificar las diferentes emociones.

Para niños de todas las edades:

Se trata de confeccionar «El libro de la alegría». Le ayudará a identificar la emoción de la alegría.

Puedes utilizar un álbum o crearlo tú. En él plasmaréis momentos felices que hayáis vivido juntos:

  • Cumpleaños
  • Navidades
  • Viajes
  • Visitas al zoo…. todo vale.

Comenzaréis poniendo la foto que recuerde esa situación, escribiendo debajo de qué trata, por ejemplo:

 Para enseñarle a identificar la alegría la frase será del estilo de:

«Estoy contento porque….»

Una variante será utilizar varias emociones. Si en alguna de las fotos se le ve triste o enfadado escribirá:

«Aquí estaba enfadado porque….»

También puedes hacer «El cuento de las emociones»

  • Comienza repasando el nombre de las emociones para recordarlas.
  • Proponle dibujar una cara que represente una emoción. La que elija.
  • El juego consiste en inventar un personaje y escribir una historia sobre él:
  • ¿Por qué siente esa emoción?, ¿qué le ha pasado?.

He encontrado este vídeo  que podrás utilizar con niños de todas las edades.

Lo he encontrado en canal de Psicólogo y Coach Pineda y me ha gustado mucho.

Nos enseña juegos para realizar con niños inquietos. Yo creo que con estos juegos triunfarás, sean como sean los niños

Pero antes de dar por finalizado el apartado centrado en el niño quiero recalcar lo que debes tener en cuenta desde ahora y para siempre:

Haz ver al niño lo importante que es. Esto le ayudará a tener autoestima.

Pero no sólo eso. Ayúdale a darse cuenta de que él es importante y las demás personas también lo son.

Esto le ayudará a tratar a los demás con respeto y consideración.

Para los adultos

Como saber si sabes gestionar tus emociones

Ahora nos vamos a centrar en como nosotros podemos aprender a gestionar las emociones.

La forma en la que lo hacemos influye en todas las áreas de nuestra vida:

  • En la relación que establecemos con nuestros hijos.
  • En como los educamos y les transmitimos valores.
  • También en la forma en la que vivimos la vida

Las emociones están relacionadas con los pensamientos que hacen que nuestro cerebro genere determinadas sustancias.

Estas sustancias nos producen ciertas sensaciones, las emociones. 

Cuando tenemos pensamientos positivos se generan endorfinas y serotonina, las hormonas del bienestar que nos hacen sentirnos muy bien.

Si tenemos pensamientos negativos, se genera cortisol, la hormona del estrés.

El resultado es que nos sentimos mal.

Reconocer nuestras emociones, lo que sentimos, nos permite gestionarlas. Cuando sabemos hacerlo tenemos  Inteligencia Emocional

El secreto para conseguir que tu hijo tenga habilidades sociales

Seguro que lo has adivinado, se trata de que aprendas a regular las emociones.

 ¡Sí!, tienes razón, no es tan fácil.

Pero si aprendes a hacerlo verás que atraes a la gente porque es muy agradable estar con gente positiva, y de esa forma puedes enseñar a tu hijo algo que vives

Las personas que lo logran tiene inteligencia emocional y son más felices.

Hoy te hablaré de la influencia de las emociones en nuestro modo de educar a los hijos.

En la relación que establecemos con ellos, en los valores que adquieren y en el desarrollo de su inteligencia emocional.

Nuestra forma de educar depende de varios factores:

La educación que recibimos de nuestros padres:

Sus creencias, el modo de relacionarse con nosotros, las palabras que nos decían…. han influido en nuestra forma de ser.

De nuestras emociones:

Si somos optimistas, positivos, con seguridad tendremos más paciencia con los hijos. En consecuencia, nuestra relación con ellos será más fácil.

Cuando somos negativos, pesimistas,  les mostramos la parte más difícil de la vida y nos olvidamos de mostrarles que los retos pueden ser oportunidades.

Nuestra gestión de las emociones:

Enfados, tristezas, frustraciones … que sepamos regularlas o no, tiene un impacto enorme en los hijos pues actuamos y nos dirigimos a ellos influídos por las emociones.

Educar bien implica que los hijos desarrollen inteligencia emocional, es decir, que adquieran capacidades para hacer frente a los retos de la vida:

  • Estrés.
  • Ansiedad.
  • Depresión.
  • Situaciones difíciles….

La inteligencia emocional se aprende en la familia.

trabajando la inteligencia emocional en familia

Para que puedan aprender es necesario que los padres también las tengan, porque, como te he indicado, nuestros hijos aprenden de nosotros.

Somos el espejo donde se miran. Si somos personas tristes, posiblemente lo serán también.

Los padres optimistas, enseñan a ver el lado bueno de las cosas, teniendo en cuenta lo malo.

Si cuando nos enfadamos les gritamos o somos agresivos, van a aprender a resolver los conflictos de la misma forma.

Qué debes hacer para aprender a gestionar tus emociones

Reflexionar sobre tu forma de ser:

imagen de una mujer con una interrogación porque está pensando si tiene habilidades sociales

«¿Tienes poca paciencia con tu hijo y enseguida te enfadas?

«Cuando te enfadas ¿qué haces?:

-¿Gritas y pierdes los nervios?.

-¿Dices cosas hirientes de las que te arrepientes más tarde?.

-¿Empleas el castigo físico cuando se porta mal?.

-¿Tienes estrés y saltas por cualquier cosa?.

-¿Sueles ver antes el lado malo de las cosas antes que el bueno?.

-¿Eres feliz?.

Esta reflexión te ayudará a darte cuenta de las cosas que debes cambiar. 

Reconocer tus emociones:

Darte cuenta de lo que sientes, del por qué de tu forma de actuar, es la única forma de cambiar.

Si reconoces que pierdes los nervios cuando te enfadas, no regañes a tu hijo inmediatamente:

Espera unos segundos. Respira tranquilamente. De este modo te enfriarás un poco y podrás regañarle en su justa medida.

Piensa si lo que ha hecho es tan grave como te ha parecido de entrada.

En caso de reconocer que te centras más en lo negativo que en lo positivo, reflexiona sobre los mensajes que le transmites.

¿Le anticipas el fracaso en lugar del éxito?.

3º Poner en práctica las estrategias que te indico a continuación:

Qué hacer cuando los enfados se nos desmadran.

mujer con la cara congestionada por no saber controlar la frustración

La familia de la ira incluye:

  • Rabia.
  • Enfado.
  • Rencor.
  • Odio.
  • Furia.
  • Indignación.

 

  • Exasperación.
  • Tensión.
  • Irritabilidad.
  • Violencia.
  • Celos.
  • Impotencia.
  • Envidia.

(Bisquerra, 2011. Pag.105)

Bisquerra, (2011) nos dice que la ira puede desencadenarse cuando:

– Las cosas no suceden como queremos.

– Cuando pensamos que nos están tratando de manera injusta.

Se trata de una de las emociones más frecuente.

Podemos aprender a regularla. Si eres una persona impulsiva, posiblemente te resultará difícil controlar los enfados.

Puedes decir cosas hirientes, mostrarte agresivo incluso. Si este es tu caso, puedes hacer varias cosas:

  • No actúes inmediatamente. Aléjate de la situación o de la persona que te ha enfadado. De este modo tu emoción irá perdiendo fuerza. Podrás ver la situación con más objetividad.

 

  • Intenta relajarte. Respirar tranquilamente te ayudará. Cuando estés más tranquilo podrás  decir lo que sientes.

Si te resulta difícil controlar tus emociones, recuerda que eres el modelo de tu hijo o hija.

Va a aprender a resolver las situaciones viendo como las resuelves tú.

  • Meditar te ayudará. Poco a poco irás reconociendo tus emociones.
  • Aprender a ser asertivo.

 

La asertividad implica ser capaz de expresar las opiniones, ideas y sentimientos sin que nuestras palabras hagan daño.

Las personas poco asertivas no se atreven a decir lo que piensan.

Tragarse las cosas les hace sentirse pisoteadas. Sin embargo ante situaciones que consideran injustas, sus enfados se descontrolan.

El resultado es que sus palabras son hirientes. La consecuencia: Malas relaciones con los demás.

Como aprender a ser asertivo

grupo de tres amigos con buenas habilidades sociales

Te propongo lo siguiente y si lo pones en práctica verás que funciona:

1º. Reflexiona sobre la situación que te ha molestado. De este modo tendrás claro qué te ha hecho sentirte mal.

2º. Expón tu queja.Dile a la persona cómo te sientes y cómo te gustaría que te hubiese tratado.

3º No asumas que la otra persona sabe lo que sientes. Recuerda: no te lee la mente.

4º. Intenta cambiar tu forma de expresarte:

En lugar de decir: «Me has tratado muy mal». Puedes decir: «Me duele la forma en que me has tratado estos días».

No expongas únicamente la situación. Deja claro lo que quieres.

6º Sé lo más concreto posible. Limítate a los hechos, no a tus conclusiones.

7º Habla de los beneficios para los dos que supone arreglar la situación. Por ejemplo:

Si te has enfadado con tu pareja, puedes decir: Si lo hablamos tranquilamente, ambos seremos más felices.

8º Cuida tu lenguaje corporal. 

Cuando intentamos ser asertivos, solemos hablar mirando hacia a abajo, empequeñeciéndonos.

Habla mirando a la otra persona de frente. Si puedes, a los ojos.

Te sentirás mejor y la otra persona será más receptiva.

Hoy terminamos aquí. Deseo que te este artículo te haya resultado útil.

Si deseas ponerlo en práctica y te surgen dudas, no dejes de escribirme.

Deseo que este artículo te haya resultado útil. Si pones en práctica el programa y te animas a escribirme para contar cómo te ha ido será estupendo.

También puedes dejar tu comentario aquí. Te contestaré encantada.

Bibliografía

-«Educar las emociones en la infancia» de Rafael Bisquerra. Publicado en 2012 por Ediciones Pirámide.

-«La educación emocional en la infancia» de Rosa María Curto. Publicado en 2017 por Narcea Ediciones.

-«La asertividad: expresión de una sana autoestima» de Olga Castanyer. Publicado en 2010 por Ediciones Paidós Ibérica.

-«El juego en el desarrollo infantil» de Víctor Juan. Publicado en 2014 por Ediciones Pirámide.

-«Los cuentos que yo cuento» de Sara Cobaleda y Verónica Medrano. Publicado en 2017 por Narcea Ediciones.

Autora: Inés Hijosa Lorenzo

academia de formación para padres

 

 

 

 

 

 

 

Pedagoga especializada en Dificultades de Aprendizaje.

y Problemas de conducta

Licenciada en Ciencias de la Educación.

Máster en Psicopatología del Lenguaje.

Máster en Educación Superior

Colegiada nº: 47699

correo:mihijosa@gmail.com

telf: 607265044

Fuentes Consultadas:

Casares, I. M. Programa de Enseñanza de las Habilidades Sociales de Interacción Social, (PEHIS). Madrid. CEPE

Batina Lacunza, Ana Contini de González, Norma. Las habilidades sociales en niños y  Adolescentes. Su importancia en la prevención de los trastornos psicopatológicos. Fundamentos en Humanidades (en línea) 2011, XII. Disponible en Brandén N, (1995).

Los seis pilares de la autoestima. Barcelona: Paidós