La disgrafía es un trastorno del aprendizaje que afecta la capacidad del niño para escribir de manera legible y fluida.
En ocasiones la disgrafía se presenta al mismo tiempo que la Dislexia aunque se trata de dificultades diferentes, pues la dislexia afecta a la lectura mientras que la disgrafía lo hace a la escritura.
La disgrafía suele presentarse en niños que no tienen ninguna deficiencia intelectual ni neurológica que explique dichas dificultades
Los padres y profesores pueden detectar estos problemas en los dictados, copia y en la escritura libre, sin embargo debe ser diagnosticada por un profesional
Confundir letras similares pero con orientación diferente:
Cambiar unas letras por otras debido a que tiene el mismo punto de articulación:, como:
Omitir letras de las palabras, por ejemplo, escribir:
Añadir a las palabras más letras de las que les corresponden, por ejemplo:
Realmente no se conoce la causa de la disgrafía. Los expertos nos dicen que puede deberse a motivos diferentes, entre otras:
Haber forzado al niño a escribir con la mano derecha, siendo zurdo
Falta de madurez en las habilidades psicomotrices que dificultan la coordinación de los movimientos del brazo y de la mano
Dislexia pues frecuentemente estos dos trastornos se presentan al mismo tiempo.
Dificultad viso-motriz, es decir, falta de habilidad para coordinar ojo-mano
Pedagógicas, causadas por una enseñanza rígida que no tiene en cuenta las diferencias de madurez de cada niño
Es importante desarrollar un programa de intervención individualizado que se adapte a las necesidades específicas de cada niño.
Los pasos serían los siguientes
1º Evaluación inicial:
Antes de comenzar cualquier programa de intervención, es crucial realizar una evaluación exhaustiva del niño para comprender sus dificultades específicas. Esto puede incluir:
Evaluación de la escritura: Observaremos cómo escribe el niño, prestando atención a la legibilidad, la velocidad y la forma de las letras.
Evaluación motora: Evaluaremos tanto coordinación motora fina como su capacidad para sostener un lápiz correctamente y realizar movimientos precisos.
Desarrollo Intelectual: Se evaluará el desarrollo cognitivo del niño y las capacidades relacionadas con la escritura, la capacidad de planificación, organización y su memoria de trabajo.
Evaluación emocional: Nos permitirá conocer su autoestima y autoconcepto e identificar si tiene ansiedad o frustración relacionadas con las dificultades que vive.
2º Establecimiento de objetivos:
Una vez evaluado, se establecen objetivos específicos que deben revisarse frecuentemente. Algunos ejemplos de objetivos podrían ser:
3º Planificación de intervención:
A continuación, teniendo en cuenta los datos obtenidos, se establecerá un programa de intervención individualizado centrado en los objetivos que necesitan desarrollarse, por ejemplo:
Ejercicios de motricidad fina: Incluye actividades que fortalezcan los músculos de la mano y mejoren la coordinación motora fina, como jugar con plastilina, utilizar pinzas para recoger objetos pequeños o hacer ejercicios de trazos con lápices de colores, etc.
Práctica de escritura: Proporcionarle hojas de trabajo con letras, palabras y oraciones para que practique la escritura regularmente. Se puede utilizar papel con líneas especiales para guiar la colocación de las letras.
Técnicas de organización y planificación: Se le enseñará a utilizar herramientas visuales, como diagramas o listas, para que aprenda a planificar lo que tiene que escribir antes de comenzar.
Técnicas de relajación: Es importante enseñarle a utilizar técnicas de relajación, como la respiración profunda, para reducir la ansiedad que le producen sus dificultades
4º Implementación y seguimiento:
Una vez completados los anteriores pasos, trabajaremos con el niño, dándole feedback constante y ajustando el programa a sus progresos . Al mismo tiempo se realizarán evaluaciones periódicas para medir dicho progreso y ajustarlo a los objetivos si es necesario.
5º Colaboración con otros profesionales:
Es importante trabajar en colaboración con otros profesionales cuando sea necesario, por ejemplo, psicólogos, si hay que trabajar la autoestima.
6º Apoyo en el entorno escolar y en casa:
Es inecesario que los profesores conozcan las dificultades del niño y los objetivos del programa que se ha desarrollado para él, para lo que se establecerá una relación de colaboración y trabajo conjunto.
No podemos olvidar enseñar y apoyar a los padres para que conozcan las estrategias más adecuadas que les permitan ayudar al niño a realizar sus tareas escolares
Existen diferentes clases de disgrafías:
Disgrafía Motriz: el niño comprende la relación entre los sonidos y la grafía a la que corresponde, pero tiene dificultades en la escritura debido a su motricidad deficiente.
Existen diferentes clases de disgrafías:
Sus características son las siguientes características:
Disgrafía específica: dificultad para percibir las formas, la orientación espacial y temporal, el ritmo, etc. de las letras que forman las palabras.
Sus características son: