¿Crees que el niño con TDAH debe ser castigado de un modo diferente a los demás cuando se porta mal?
Todos los niños (y también los adultos), aprenden a comportase dependiendo de las consecuencias que siguen a sus actos, si las consecuencias son agradables o con ellas consiguen lo que quieren, repetirán esa conducta.
Si las consecuencias son desagradables, no la repetirán. El niño con TDAH aprende de la misma forma
Todos los niños, tanto si tienen TDAH como si no, necesitan saber lo que se espera de ellos en cada situación y esto lo consiguen teniendo pautas de conducta claras, sencillas y lógicas.
Estas pautas, bien establecidas, con consecuencias positivas cuando hace bien las cosas, (besos, abrazos, sonrisas u otro tipo de premios) y negativas cuando se porta mal, le enseña a portarse bien y a darse cuenta de que es bueno
El niño con TDAH merece tener la oportunidad de aprender a portarse bien y sentir que es bueno.
¡Claro que puede tener consecuencias positivas y negativas cuando se porta bien o mal!,
Igual que cualquier niño, necesita normas y pautas de conducta para aprender a portarse bien.
Sin embargo, es necesario tener en cuenta sus características, entender qué es el TDAH y cómo le afecta en todas las áreas de su vida antes de castigarle, por eso comenzaremos por aquí
Contenidos
Características del niño con TDAH
La Impulsividad
El niño con TDAH suele ser impulsivo, lo que quiere decir que no sabe controlar sus emociones, así que cuando se enfada, la emoción que siente es muy fuerte y no sabe bajarla, por lo que puede mostrarse agresivo, tanto física como verbalmente, aunque luego se arrepienta y no puede remediarlo, precisamente porque tiene TDAH.
La Fundación INGADA, nos dice que entre un 40-90% de los adolescentes con TDAH también tienen un trastorno de conducta o un trastorno oposicionista desafiante. (Jensen PS, et al. Evolution and revolution in child psychiatry: ADHD as a disorder of adaptation. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry 1997; 36:1672-9).
Te dejo el enlace por si quieres leer la información con más detalle Trastornos asociados al TDAH
Un niño sin TDAH cuando se enfada con sus padres, por ejemplo, sabe que si les grita o insulta exigiéndoles lo que desea, le castigarán y saldrá perdiendo, así que intenta calmarse antes de hablar con ellos
Nuestro niño con TDAH, como no controla sus emociones, cuando se enfada con sus padres, probablemente hablará con ellos con agresividad, gritando, incluso insultándoles. Luego pagará las consecuencias y se arrepentirá pero no sabe remediarlo
Bajo rendimiento académico
Además el niño con TDAH suele tener un rendimiento académico por debajo de sus posibilidades por diferentes causas, entre otras:
Tiene dificultad para centrarse en el trabajo hasta terminarlo y se distrae continuamente
Los profesores no suelen comprender sus dificultades, la forma en la que aprende mejor, por lo que no lo tienen en cuenta
Si es impulsivo suele costarle aceptar las normas y puede oponerse a los profesores, lo que repercute en su relación con ellos
Suele ser regañado y castigado continuamente y esto baja su autoestima.
Esta baja autoestima le hace querer ser admirado por sus compañeros y cuando le castigan hace tonterías o se ríe como si no le importara, su objetivo es ser admirado por sus iguales
Esto puede llevarse a convertirse en el «que se atreve a todo» de la clase, lo que hace que sus profesores pierdan la paciencia con él
Dificultades del niño con TDAH para mantener a los amigos:
Su dificultad para controlar las emociones y decir lo primero que se pasa por la cabeza, hace que los compañeros le rechacen
Esa tendencia a oponerse a las normas no le ayuda a aceptar las reglas que se establecen en los juegos cooperativos, por lo que tiene problemas con sus compañeros
La falta de atención puede hacer que se distraiga cuando está jugando a actividades competitivas, por lo que pueden perder, con el consiguiente rechazo de los demás
Todo esto hace que no sea un niño popular y que dejen de buscarle para jugar
Dificultades que suelen acompañar al niño con TDAH
Además el TDAH suele presentarse junto a otras dificultades como:
Dislexia o falta de comprensión lectora
El trastorno de aprendizaje de las matemáticas
Las dificultades en el desarrollo del lenguaje
La repercusión del trastorno en la familia
El TDAH puede influir negativamente en la familia por diferentes razones:
El bajo rendimiento escolar, que los padres no comprenden y reprochan al niño, sin darse cuenta de que tiene un problema real para el que necesita ayuda
La cantidad de tareas que trae a casa y la desmotivación del niño hacia ellas, unido al desconocimiento de los padres de cómo le pueden ayudar, hace que le regañen y castiguen frecuentemente, lo que aumenta la frustración del niño
Su dificultad para controlar las emociones y el nivel tan bajo de tolerancia a la frustración, desemboca a menudo en reacciones agresivas hacia los padres, con la respuesta agresiva de ellos, lo que enrarece el ambiente familiar
Frecuentemente, cuando el niño es impulsivo, uno de sus progenitores lo es también, por lo que suele responder con gritos cuando la situación le supera, descontrolándose a su vez, lo que empeora la relación entre ellos
Qué es el TDAH
Además de conocer las características del niño con TDAH, es importante que entiendas bien qué es este trastorno y cómo afecta al niño.
TDAH quiere decir Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad.
Es un trastorno del neurodesarrollo, esto quiere decir que el cerebro de estos niños se desarrolla de un modo diferente al de los demás, madura más lentamente y algunas áreas lo hacen con alteraciones
Una de estas alteraciones se produce en las funciones ejecutivas, unas capacidades que nos permiten:
– Controlar nuestras emociones, suavizándolas. El niño con TDAH, cuando se enfada, puede decir lo primero que se pasa por la cabeza porque no las controla, sin darse cuenta de los problemas que le puede causar, aunque después sufra sus consecuencias
– Inhibir, es decir, controlar nuestros impulsos
– Mantener la atención en las tareas que realizamos hasta terminarlas
– Ser capaces de planificar dichas tareas
– Reflexionar sobre las consecuencias de nuestros actos
Los niños con TDAH tienen grandes dificultades para hacerlo, también los adultos con este trastorno.
LaFundación Ingada nos dice que el TDAH afecta al 5-7% de los niños en edad escolar y se diagnostica en niños 3-4 veces más que en niñas. Te dejo el enlace por si quieres leerlo El TDAH en cifras
Tipos de TDAH.
- Con predominio de Déficit de Atención.
- De tipo hiperactivo.Con Impulsividad.
- De tipo combinado, (con síntomas de los tres)
Cómo hacer que la conducta del niño con TDAH mejore
Si tu hijo o hija tiene problemas de conducta y deseas que cambie la situación, te propongo hacer una reflexión antes de continuar.
Te ayudará a darte cuenta de si vuestra relación es buena o sin debes cambiar algo. ¿Estás preparado?.
Si es así lee las preguntas siguientes y piensa antes de contestar. Debes ser totalmente sincero:
¿Qué le dices al niño cuando te contesta, desobedece o te provoca o consideras que hace lo que da la gana?:
– ¿Le gritas o amenazas?.
– ¿Te descontrolas llegando a ser agresivo con él, física o verbalmente?
– ¿Se te escapa el control de tus emociones hasta el punto de decirle cosas de las que más tarde te arrepientes?
– ¿Llegas a agredirle?
– ¿Crees que vuestra relación es buena?
Si has respondido «Sí» a muchas de esas preguntas, debes estar dispuesto a controlarte, si no, nunca conseguirás que la conducta del niño mejore
– No puedes pretender que el niño deje de gritar, de agredir o de insultar si tú lo haces, porque tú eres el espejo donde se mira.
– Aprenderá a resolver las situaciones viendo cómo las resuelves tú, siguiendo tu ejemplo. Si le chillas y te descontrolas, aprenderá que los problemas se arreglan de esta forma
– Por eso, si quieres aprender a mejorar la conducta del niño, debes aprender primero a controlar tus emociones, de este modo mejorará vuestra relación
Esta es la base, por eso hoy nos centraremos en este importante punto
Controla tus emociones
Si te descontrolas fácilmente con el niño, chillándole y diciéndole cosas de las que más tarde te arrepientes, quizá también seas impulsivo, como él. Si es así, aprender a controlarte quizá no te resulte tan fácil, por lo que deberías consultar con un profesional para que te oriente
Si crees que puedes controlarte, las pautas que te indico a continuación te pueden ayudar:
Cuando estés muy enfadado, espera a reñirle, pues lo más probable es que pierdas el control. Puedes decirle, por ejemplo, «esto que has hecho me ha enfadado mucho y tendrás un castigo. Lo voy a pensar bien y te lo digo»
Aléjate y respira profundamente hasta que te haya bajado la emoción, cuando ya estés tranquilo, piensa en un castigo que el niño pueda cumplir
Piensa bien el castigo, pues una vez establecido no lo debes levantar pues te estarías desautorizando y el niño te perdería el respeto
Vuelve junto al niño y háblale con tranquilidad, sin gritar. Dile que lo que lo que ha hecho está mal, no le perdones y ponle el castigo
Mejora la relación con el niño
Cuando le reproches algo, no le grites. Dile las cosas con firmeza pero que «no se te mueva un pelo» y a continuación exponle con claridad lo que quieres que haga
Por muy mal comportamiento que tenga, no te centres sólo en las cosas que hace mal, tiene cualidades y cosas buenas, obsérvalo para descubrirlas y díselo también, de este modo las refuerzas y le harás darse cuenta de que no es un caso perdido
No seas rencoroso, olvida las cosas que ha hecho en el pasado y céntrate en el presente. No le digas, por ejemplo, «no te voy a dar lo que me pides pues estoy enfadado por lo que hiciste el otro día»
Escúchale con calma y paciencia. Pregúntale con tranquilidad por qué ha vuelto a hacer eso y déjale acabar sin interrumpirle
No hables con él cuando estés muy cansado o enfadado, o lo esté el niño, si ha hecho algo malo es mejor que le digas: «Me has enfadado mucho, ya hablaremos más tarde o mañana». Busca el momento oportuno
Intenta mejorar el clima familiar.
Ya verás como es posible
Establece unas normas de casa que tengan siempre las mismas consecuencias para el niño. Negativas si no las cumple y positivas si lo hace. No deben ser muchas, pero sí coherentes y lógicas
El niño con TDAH debe conocer las normas y las consecuencias que tendrá, (en realidad todos los niños), tanto si las cumple como si no lo hace.
No las apliques cuando se ha portado mal si no se las has explicado antes
Serán normas estables que no cambiarán de un día para otro. Si le has dicho, por ejemplo, que debe hacer la cama antes de ir al colegio, nunca se irá si no la ha hecho antes.
Si algún día no puede ser por alguna razón, hazle saber que es una excepción.
Aprende a escuchar al niño
Todos los pasos que te he indicado son importantes, pero indudablemente este es el punto de partida.
Se trata de que sea una escucha activa, es decir, escucharle de verdad, mostrando interés por lo que te dice de modo que puedas comprender lo que siente.
(Nota: Que le comprendas no quiere decir que le des la razón)
Para hacerlo debes seguir las indicaciones siguientes:
Cuando el niño quiera decirte algo debes interrumpir lo que estás haciendo, si la tele está encendida, apágala. Mírale a la cara y dile, por ejemplo: ¿Qué me querías contar?
Si en ese momento no tienes tiempo, puedes decirle, «En este momento no te puedo escuchar, lo dejamos para cuando vuelva o cuando termine, ¿te parece?» pero no debes olvidarte de buscarle más tarde, como le has dicho
Acompaña tus palabras con lenguaje corporal, es decir, si es pequeño, baja a la altura del niño y mírele a los ojos
Si se trata de un chico mayor, también debes mirarle los ojos. De vez en cuando asiente para que vea que le está escuchando. Sonríe cuando venga al caso
Si el niño se queja o te reprocha algo, escúchale con tranquilidad y atención, déjale terminar, no le cortes ni te defiendas
Al final, para que vea que le has entendido, resume lo que te ha dicho
Responde a sus preguntas y hazle ver que te gusta su deseo de comunicarse contigo
Trata de comprender cómo se siente el niño
Si te animas a poner en marcha estas estrategias, te sorprenderán los resultados pues verás cómo el niño poco a poco se irá portando mejor.
Hoy terminamos aquí, sin embargo, los problemas de conducta no son las únicas dificultades que acompañan al TDAH.
Espero que este artículo te haya resultado útil. Te animo a que lo leas despacio y lo pongas en práctica. Si te surgen dudas puedes escribirme
Inés Hijosa Lorenzo
Pedagoga especializada en Dificultades de Aprendizaje y Problemas de Conducta
Licenciada en Ciencias de la Educación.
Máster en Trastornos del Lenguaje.
Máster en Educación Superior
Colegiada nº: 47699
correo:mihijosa@gmail.com
telf: 607265044
Fuentes Consultadas:
- Alberto Fernández Jaén
- B. C Trastorno por déficit de Atención e Hiperactividad
www.educarm.es
- Cinca, E. B Entrenamiento en Autoinstrucciones Huesca: Dpto. de Educación, Universidad, Cultura y Deporte Gobierno de Aragón
- Orjales I. Déficit de Atención con Hiperactividad. Manual para padres y educadores. Madrid. Ed. Cepe 1999
- Polaino A. Ávila C. ¿Cómo vivir con un niño hiperactivo?. Madrid. Editorial AC. 1993