El arte de ayudar a tu hijo disléxico desarrollando su inteligencia emocional

La inteligencia emocional es un factor de protección en todas las edades

 

Que le ayudará a hacer frente a los problemas que su dificultad pueda generar

 

El arte de ayudar a tu hijo disléxico, aprendiendo a:

  • Comunicarte con él.
  • Entender sus palabras, sentimientos, emociones y pensamientos.

 

Le ayudará a adquirir equilibrio emocional y a superar los desafíos que la dislexia le pueda presentar.

 

El arte de ayudar a tu hijo disléxico comenzará entendiendo que implica este trastorno

Para valorar su impacto debes comprender cómo aprendemos a leer. En el siguiente enlace lo puedes encontrar.

Cómo se aprende a leer

 

Empecemos recordando qué es la Dislexia:

«La dislexia es un trastorno del aprendizaje de la lectoescritura de carácter persistente y específico

Se da en niños con una inteligencia normal, sin problemas que expliquen dichas dificultades.

Que aparece aparece a edad temprana y se detecta cuando el niño inicia la lectoescritura.

Y cuyo origen parece derivar de alteración del neurodesarrollo, (referida al cerebro).

(Fuente: www.ladislexia.net)

,

No se conoce la causa de la dislexia aunque existen diferentes teorías. Los expertos nos dicen que hay al menos cuatro cromosomas implicados en este trastorno:

2, 6, 15 y 18. (Fuente: Asandis. Seminario de dislexia 2011).

 

Los niños disléxicos tienen dificultades para:

  • Reconocer los sonidos que forman las palabras.
  • Asociar correctamente los sonidos del habla con sus grafías, (letras), correspondientes.

Por lo que a la hora de leer lo hacen lentamente.

 

Las personas que la padecen pueden tener además :

  • Disgrafía, (dificultad para escribir correctamente).
  • Discalculia, (dificultades en el aprendizaje de las matemáticas).
  • Disortografía, (errores en la escritura de palabras).
  • Trastorno del desarrollo de la coordinación, (mala coordinación, dificultad para coger el lápiz, recortar, etc).
  • Problemas de memoria

 

Su lectura es lenta y dificultosa. Suelen:

  • Omitir letras o silabas
  • Cambiar unas letras por otras.
  • Cambiar el orden de las letras o silabas, (por ejemplo, «tanvena», por «ventana»)
  • A veces añaden letras o sílabas a las palabras.
  • Escritura en espejo.
  • Unen o separan las sílabas de palabras de forma incorrecta, (por ej. «lame saesa zul»
  • Repeticiones de palabras y rectificaciones.
  • Saltos de línea durante la lectura.

 

La dislexia se detecta con un evaluación que debe contemplar los siguientes aspectos:

  1. Desarrollo intelectual.
  2. Capacidad de Atención y memoria.
  3. Desarrollo de lenguaje y fluidez verbal
  4. Ambiente socio-familiar
  5. Motivación, autoconcepto y autoestima.
  6. Visión de lejos y de cerca para descartar problemas de vista.
  7. Estudio de su audición.

 

Para que los niños disléxicos puedan superar sus dificultades es necesario:

  1. Realizar dicha evaluación
  2. Preparar un programa de aprendizaje adaptado a sus características, (puntos fuertes y débiles).
  3. Comenzar la intervención lo antes posible.

 

El arte de ayudar a tu hijo disléxico comprendiendo sus emociones.

Los niños disléxicos tienen una autoestima muy baja

Como sus dificultades no son comprendidas, reciben valoraciones negativas de sus profesores, familia y amigos. Se esfuerzan sin resultados, lo que les hace creer que son torpes.  Además sus lagunas de conocimientos les conducen al fracaso escolar.

 

Esta situación les hace desconfiar de sus posibilidades, sentimiento que puede generar problemas emocionales:

  • Ansiedad
  • Depresión
  • Problemas en la alimentación
  • Trastornos de conducta.
  • Somatización debida a la acumulación de tensión: dolores de cabeza, de estómago, vómitos…

 

La estrategia que te presento tiene enormes beneficios, entre otros:

  • Sentar las bases de una buena relación con tu hijo, algo que os llenará de satisfacción.
  • Expresar sus emociones y al hacerlo, podrá identificarlas y gestionarlas.
  • Tener en cuenta tus opiniones y sugerencias cuando tenga que tomar decisiones.
  • Sentirse valorado como persona, algo que le va a ayudar a confiar en sus posibilidades.

 

Puedes utilizar algunos de los vídeos que he encontrado en la web la mente es maravillosa.

Encontrarás vídeos para utilizar con los niños de 2 a 18 años

9 vídeos para educar emociones

 

El arte de ayudar a tu hijo disléxico aprendiendo a escuchar.

Escuchar a tu hijo implica aceptar sus emociones, sus sentimientos, aunque no te gusten.

No es fácil escuchar. Cuando alguien nos cuenta algo la tendencia es contar nuestra propia experiencia al respecto.

¿Te has dado cuenta de lo difícil que resulta tener el turno de palabra en una reunión de amigos?.

¿Crees que sabes escuchar?. Averígualo

Existen dos formas distintas de escucha

  1. La escucha pasiva
  2. Escucha activa

Es importante que reconozcas la tuya. Me ha gustado el vídeo que te muestro a continuación. Lo explica muy bien.

Te animo a visualizarlo y a que identifiques la tuya.

 

Actitudes que requiere la escucha activa:

  1. Desear escuchar lo que tu hijo te quiere decir, aunque no te guste.
  2. Aceptar lo que siente.
  3. Tener mucha paciencia.

Si deseas poner en práctica la escucha activa, debes demostrar a tu hijo que aceptas lo que te está diciendo.

 

¿Cómo hacerlo?.

Cuando te esté contando algo puedes emplear formas de expresión como las siguientes. Así le invitas a continuar:

  • «Ya veo como te sientes»
  • «Mm, mmm»
  • «¡Qué interesante!»
  • «¿Te gustaría hablar sobre ello?»
  • «Sigue, cuéntame más»
  • «Parece que eso es muy importante para ti»
  • «¿De verdad?»
  • «¿En serio?»
  • «¡No me digas!»
  • «¿Lo hiciste?, ¡qué bien!»
  • «¿Eso te pasó?, ¡cuéntame!»
  • «Me gustaría conocer tu punto de vista»
  • «Discutámoslo, ¿vale?»

 

Emplear estas expresiones le harán ver que te interesa lo que te está contando.

 

También puedes:

  1. Mostrar empatía: hacerle ver que te haces cargo de lo que siente utilizando frases como:
    1. Entiendo lo que sientes
    2. Noto que….
  2. Parafrasear: decir con tus propias palabras lo que te acaba de contar. Así podrás asegurarte de que has comprendido lo que quiere decir:
    1. «Entonces, según veo, lo que pasaba era que….». «¿Quieres decir que te sentiste…?»
  3. Emitir palabras de refuerzo o cumplidos: 
    1. «Me encanta hablar contigo»
    2. «¡Estupendo!
  4. Resumir: 
    1. «Si no te he entendido mal…»
    2. «O sea, que lo que me estás diciendo es…»
    3. «A ver si te he entendido bien..»
    4. ¿»Es correcto…?»
    5. «¿Estoy en lo cierto…?»

 

Te animo a que pongas en práctica esta esta forma de comunicarte con tu hijo. Quizá al principio te resulte un poco forzado, pero poco a poco la irás automatizando y te saldrá de un modo natural.

Deseo terminar con un pequeño ejemplo para que lo veas más claro.

Imagina que tu hijo sale de su habitación dando un portazo y hecho una furia. Se dirige a ti diciendo:

– «¡Odio a mi hermano!. ¡Nunca le volveré a dejar mis cosas!»

La reacción típica sería que le dijeras algo como:

-«¡Pero qué dices!. No te consiento esa forma de hablar!

– ¡A los hermanos hay que quererlos por encima de todo!. ¡Ve inmediatamente a tu habitación hasta que te calmes!»

 

La reacción desde la Escucha Activa podría ser:

 

«Parece que has tenido una pelea con tu hermano, ¿no es cierto hijo?. Cuéntame lo que ha ocurrido».

Y a medida que te va contando lo sucedido, resumir lo que te cuenta.

«¿Quieres decir que…?»

 

Así estás escuchando su mensaje emocional. A partir de aquí puedes seguir escuchando lo que te expone. Verás cómo sus emociones se van calmando. Poco a poco verá que no ha sido para tanto.

El arte de ayudar a tu hijo disléxico es una estrategia que podrás aplicar a todas las edades. Tanto si es pequeño como si ya es adulto.

Si la pones en práctica te saldrá de un modo natural con todas las personas de tu entorno. El resultado te sorprenderá.

 

 

Autora: Inés Hijosa Lorenzo 

Licenciada en Ciencias de la Educación.

Máster en Psicopatología del Lenguaje.

Máster en Educación Superior

Colegiada nº: 47699

mihijosa@gmail.com

telf: +34607265044

Fuentes Utilizadas:

Durán, T. O. (2004). Manual Didáctico para la Escuela de Padres. Valencia: Fundación para el Estudio, Prevención y Asistencia a las Drogodependencias.

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