El niño que no tiene amigos puede tenerlos si le ayudas.

La dificultad para tener amigos puede deberse a diferentes causas.

Entre ellas, los problemas de aprendizaje

Aunque la dificultad para tener buenas relaciones sociales no es exclusiva de este grupo de niños

 

El niño que no tiene amigos puede llegar  a mostrarse agresivo.

Es una forma de defenderse de un entorno que percibe hostil.

Quizá le faltan habilidades sociales.

O no sabe controlar sus emociones.

Lo cierto es que algo está fallando y no lo sabe remediar.

El niño que no tiene amigos necesita tu ayuda.

Es importante averiguar qué le impide tener buenas relaciones sociales:

¿Tiene dificultades de aprendizaje?.

Los niños con TDAH, por ejemplo, suelen ser rechazados por sus compañeros debido a su impulsividad.

Debes saber que las habilidades sociales se pueden aprender.

Tener habilidades sociales implica, entre otras cosas,  saber relacionarse adecuadamente con los demás.

Pero debes tener en cuenta algo importante:

Tú eres el modelo de tu hijo de tu hijo.  Los niños aprenden por imitación:

Aprenderá a relacionarse con los demás viendo cómo lo haces tú.

El niño que no tiene amigos necesita establecer relaciones sociales adecuadas.

Para aprender, requiere de modelos de actuación correctos.

Si no te resulta fácil, no pretendas enseñarle a hacerlo.

Mira la siguiente situación. Te la muestro a través de este vídeo.

 

¿Qué te ha parecido la forma en que ha actuado este padre?. ¿Te parece una buena manera de resolver conflictos?

Debes asegurarte de que tienes las competencias que deseas enseñar a tu hijo.

¿Cómo le puedes ayudar?.

Te propongo las estrategias siguientes:

Enseñále a Escuchar a los demás de forma activa.

Es decir, ser capaz de comprender las ideas, sentimientos y emociones de la persona que le habla.

Para ello debe tener empatía.

La Real Academia de la lengua Española define la empatía como:

«La capacidad de identificarse con alguien y compartir  sus sentimientos».

Es decir, comprender cómo se sienten los demás.

Puedes hacerlo proponiéndole actividades que le encantarán. Por ejemplo:

Visitar un refugio de perros abandonados ayudando a cuidarlos durante un día.

Hay muchos. En Madrid está el Refugio. Te dejo el vídeo donde podrás ver a Nacho Paunero explicando lo que hacen

 

La labor que realizan es extraordinaria.

A tu hijo le encantará cuidar a los perros por un día. Además le estarás ayudando a:

  • Ser responsable.
  • Preocuparse por los demás.
  • Aprender que cuando se quiere tener un perro, no se puede abandonar si te cansas de él.
  • Comprender cómo se sienten los animales abandonados.
  • Y la emoción que produce ayudarles.

Convertirse en tutor de algún compañero que lo necesite.

Si a tu hijo se le da bien alguna asignatura, propónle ayudar a un compañero que vaya mal en ella.

Aunque tenga dificultades de aprendizaje, lo más seguro es que alguna cosa se le dé muy bien.

Incluso jugar a la play.

Sí, has leído bien. Este juego, controlado por tí, no tiene por qué dar problemas.

Cuando llevas el control, enseñar a los compañeros que no tienen tanto éxito como él, le ayudará a tener amigos.

Hay muchas formas de ayudar a los demás.

Observa a tu hijo para descubrir sus puntos fuertes. Los tiene sin duda.

Aunque no disponga de mucho tiempo, ayudar a los demás tiene muchos beneficios

Enseñándole a ser positivo:

Enséñale a mirar el lado bueno de las cosas. En una palabra. Enséñale a ser optimista.

No te asustes. No me refiero a no hacer frente a los problemas. Hablo del optimismo inteligente.

El optimismo nos ayuda a enfrentar los problemas de la vida con decisión.

Los expertos nos dicen que los niños optimistas tienen más éxito escolar.

Que los adultos con esta cualidad, triunfan en su trabajo.

Y que tienen mejor salud que las personas pesimistas.

Me encanta cómo lo explica el vídeo que he encontrado en el canal «dosabrazos». Se llama «El optimismo Inteligente»

 

¿Qué te ha parecido?

El niño que no tiene amigos puede aprender a ser optimista.

¿Cómo le puedes enseñar?:

Reflexiona sobre los mensajes que recibe de tí cuando hace las cosas mal.

Una regañina exagerada le hará sentirse culpable y no le ayudará a mejorar.

No digo que no debas hacerle ver sus errores, hazlo, pero controlando tus emociones. Positivamente.

No es fácil cambiar nuestro estilo de actuar. Te propongo las siguientes estrategias:

  1. Piensa en los mensajes que das a los demás cuando hacen algo que no te gusta.
  2. Si no te resulta fácil, pregunta a tu familia qué dices cuando te enfadas. No es agradable pero te ayudará.
  3. Haz una lista con las frases que utilizas.
  4. Busca las razones que te hacen decirlas. ¿Qué te molesta?. ¿Qué esperas de ellos?
  5. Ayúdate recordando las situaciones en que se produjeros: ¿quién estaba presente?. ?Donde estábais?
  6. Intenta encontrar la causa que te hace actuar así:
    1. ¿Temes que la situación se te escape de las manos?.
    2. ¿Te parece que no tienen en cuenta tus necesidades?
    3. ¿No soportas perdes el control de las situaciones?
    4. ¿Tienes poca paciencia por estar cansado?…… lo importante es que descubras por qué lo haces.
  7. Recuerda las consecuencias que se han producido cuando has criticado de esa forma.
    1. Si puedes, escríbelo.
    2. Al lado de esas actuaciones, escribe las consecuencias que han tenido.
  8. Ahora escribe las frases que utilizas a tu hijo cuando lo criticas
    1. ¿Qué sucede a continuación?.
    2. ¿Os enzarzáis en una discusión?.
    3. ¿Pierde los papeles y te falta al respeto?
    4. ¿Opta por callarse y se retira dolido?
  9. Mantén un registro de estas situaciones.
    1. Al lado de cada actuación negativa tuya, escribe otra forma de hacer las cosas.
    2. Esa nueva forma de actuar, ¿habría cambiado las consecuencias?.
  10. Reconoce las cosas buenas que tienen las personas que te hacen enfadar así. De tu hijo.
  11. Sé agradecido por ellas. Acéptalas.
  12. Acepta también que puedes cambiar y desea cambiar.

Si aprendes a decirle lo que no te gusta, sin dañar sus sentimientos, querrá mejorar.

El niño que no tiene amigos necesita aprender a reconocer sus emociones.

Cuando las reconoce, comprende su forma de actuar. Entiende a los demás

Los expertos nos dicen que hay 4 emociones básicas:

  1. Cólera
  2. Alegría.
  3. Miedo.
  4. Tristeza.

A estas hay que añadir otras 4 secundarias:

  1. Amor.
  2. Sorpresa.
  3. Vergüenza.
  4. Aversión.

¿Cómo le puedes ayudar?.

En la web de la Universidad Internacional de Valencia, (VIU), he encontrado unas ideas estupendas.

Te voy a explicar una de ellas:

El diccionario de las emociones:

• Entre todos podéis preparar una caja, (plástico o cartón).

• En hojas o cartulinas, debéis escribir el nombre de todas las emociones.

• Puede acompañarse de algún dibujo representivo para identicarlas mejor:

    Caras de alegría, enfado, etc

• Podéis colocar la caja en un lugar visible y accesible.

• Junto a ella, un cuadernito y un lápiz.

• Cuando sintáis una de las emociones, la escribiréis en una de las hojas y la introduciréis en la caja.

• Puede añadirse un breve comentario de la situación en que se ha producido.

• Un día de la semana, cuando todos dispongáis de tiempo, sacaréis los papeles de la caja para leerlos

• Podéis hacer una reflexión, sin criticar:

  ¿Se podía haber resuelto de otra forma?

El objetivo es aprender a identifcar las emociones y desarrollar recursos de afrontamiento.

Terminaremos aquí, si no resultará demasiado largo.

Si tu hijo no hace amigos con facilidad, quizá te animes a poner en práctica alguna de estas estrategias.

Si lo haces y necesitas ayuda para organizarlo, estaré encantada de hacerlo. Los resultados te sorprenderán.

Fuentes Utilizadas:

Shapiro. (1997). La Inteligencia Emocional de los Niños. México: Vergara Editor S.A

Inés Monjas. Habilidades Sociales Y Necesidades Educativas Especiales. Universidad de Valladolid.

VIU. Ejemplos de Juegos para Trabajar Emociones en Clase. Universidad de Valencia